El británico Robert Scott y el noruego Roald Amundsen tenÃan muy pocas cosas en común, pero compartÃan un sueño: ambos ambicionaban ser el primer hombre en pisar el polo sur. Con ese propósito, a finales de 1911 los dos aventureros emprendieron una temeraria carrera sobre regiones inexploradas de la Antártida. Durante cuatro meses recorrieron a pie cerca de 3.000 kilómetros, ascendieron montañas por peligrosos glaciares y hubieron de soportar temperaturas de -50ºC. El viaje aclaró algunos interrogantes que se habÃan planteado: ¿era mejor avanzar esquiando o caminar sobre la nieve? Para tirar de los pesados trineos, ¿serÃan más útiles los ponis o los perros? ¿Cuál era la ropa más adecuada para protegerse de tan bajas temperaturas? Los noruegos y los británicos respondieron de forma distinta a aquellas preguntas, y la trágica muerte de los componentes de uno de los grupos reveló que sólo el otro habÃa acertado en sus respuestas.
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